Pues bien, seguimos en estado de alarma, con muchísimas restricciones, hace ya un tiempo que no trabajamos y que hemos frenado en seco este año debido al coronavirus que tan bien se presentaba en cuanto a perspectivas de trabajo y eventos teníamos a lo largo de la geografía nacional.
Nosotros por supuesto seguimos cumpliendo las restricciones impuestas por el gobierno a través del estado de alarma. Todavía tenemos alguna pequeña esperanza de que en verano podremos trabajar con cierta normalidad. Hace ya un tiempo que no suenan los altavoces, que no se montan los equipos, que no nos juntamos para ensayar, que no hay llamadas para contratar……Esta todo totalmente parado. Cada rincón de la empresa recoge tristeza y melancolía. Tristeza por tener que vivir esta situación, por estar todo recluido, por no poder salir a trabajar, a llenar los rincones de alegría y diversión y Melancolía por todo aquello que teníamos programado y lo bien que lo íbamos a pasar….
Conforme pasan las semanas, siguen creciendo infectados y fallecidos debido al virus, lo que pensábamos que seria algo puntual al principio de todo esto y no afectaría en prácticamente nada, se ha convertido en una pandemia mundial, en algo que ha paralizado el mundo. Empresas cerradas, otras en ruina, sectores muy afectados, gente viviendo situaciones personales y económicas muy malas. Esto no se trata de un virus sanitario, sino que esta destrozando también la economía. Nuestro sector se ve fuertemente afectado, ya que ha sido de los primeros y sobretodo de los pocos en estar totalmente prohibido y posiblemente de los últimos el reactivarse. Lo cual nos afecta de forma exponencial sobre todo a corto y medio plazo. Esto hace que haya muchos profesionales pasando penurias, viviendo la situación con una gran resignación. Ante este panorama, todo aquel que se venia dedicando a la música y los eventos, trata de buscarse la vida y se van colocando, los que tienen suerte, en otros sectores. Esto posiblemente provocara que muchos de ellos ya no vuelvan a la música y que este sector sufra un gran vacío de profesionales. Se van haciendo protocolos para diversos sectores, el nuestro sigue siendo totalmente invisible y seguimos sin poder trabajar. Mientras otros si que están trabajando siguiendo los protocolos marcados por las autoridades sanitarias, aunque en muchos casos se trabaja a perdidas, lo cual es un desastre igualmente. Mucha gente en Erte, sin saber cuando o si volverán a poder trabajar, con el despido en la mente porque van cayendo y cerrando empresas, ya que la situación en muchos casos es inaguantable.
Siguen estando las verbenas y las fiestas populares prohibidas. Somos aproximadamente 700,000 familias a lo largo de la geografía española los cuales pende nuestro futuro de un hilo ya que no podemos trabajar en nuestro sector, en nuestra pasión, en nuestra forma de vida. Profesionales y empresas que se tienen que reinventar para poder sobrevivir. La situación se va haciendo cada vez más dura. Se hace algún evento muy muy muy puntual, con unas medidas sanitarias muy estrictas, pero sigue habiendo mucho miedo por parte de los contratistas y de los programadores culturales los cuales no desean que se les culpe de posibles contagios, ya que es un precio caro de pagar para ellos. Es totalmente entendible.
Seguimos resistiendo y viendo cómo la luz al final del túnel todavía sigue sin llegar.